Robots en almacenes industriales de México: tipos, beneficios y perspectivas para 2025
- Adriana Barragán González
- 6 oct
- 16 Min. de lectura
La adopción de robots en almacenes está revolucionando la logística industrial en México, aportando mayor eficiencia, reducción de costos y optimización de procesos clave. En esencia, la robótica logística consiste en usar robots para automatizar tareas fundamentales de un almacén como el almacenamiento de mercancías, el transporte interno de materiales, el picking (recogida de productos) y el empaquetado. Estas soluciones permiten manejar volúmenes crecientes de pedidos con rapidez y precisión, una capacidad indispensable ante un mercado que exige entregas cada vez más veloces.

De cara a 2025, México está incorporando estas tecnologías en sus centros de distribución y bodegas, transformando la forma en que operan las cadenas de suministro. A continuación, exploramos los tipos de robots utilizados, ejemplos de implementación en México, sus beneficios clave, los desafíos asociados y las perspectivas futuras en el contexto mexicano, incluyendo el impacto del nearshoring y el auge del comercio electrónico.
Tipos de robots utilizados en almacenes
En los almacenes modernos se despliega una variedad de robots diseñados para automatizar distintas operaciones. Entre los principales tipos destacan:
Robots móviles autónomos (AMR): Son vehículos inteligentes capaces de desplazarse por el almacén sin rutas fijas ni conductores. Equipados con sensores avanzados, cámaras e inteligencia artificial, los AMR navegan de forma autónoma, adaptándose en tiempo real a cambios u obstáculos en su entorno.
Pueden transportar contenedores o productos entre ubicaciones, colaborando con trabajadores humanos para optimizar flujos. A diferencia de los AGV tradicionales, los AMR no requieren guías físicas (cintas magnéticas o rieles) y pueden redefinir su ruta sobre la marcha. Esto les permite sortear obstáculos en lugar de detenerse, lo que aumenta su flexibilidad operativa.
Vehículos guiados automatizados (AGV): Son predecesores de los AMR, utilizados desde hace años en entornos industriales. Los AGV se mueven siguiendo rutas preestablecidas, generalmente marcadas por líneas en el suelo, cables o reflectores, y cuentan con una inteligencia más limitada. Son ideales para transportar materiales a lo largo de trayectos fijos (por ejemplo, llevar pallets desde el muelle de recepción hasta una zona de almacenamiento). Su desventaja es la falta de adaptabilidad: ante cualquier objeto inesperado en su camino, un AGV se detendrá hasta que el obstáculo sea retirado, ya que no puede recalcular su ruta. Aun así, ofrecen un transporte confiable en escenarios de circuito cerrado bien definidos.
Brazos robóticos para picking y paletizado: Son robots industriales estacionarios o colaborativos (cobots) provistos de un brazo mecánico articulado. En almacenes, estos brazos se emplean para tareas como la recolección de productos individuales (order picking), el empaquetado de artículos, o el paletizado de cajas. Los modelos colaborativos pueden trabajar junto a operarios humanos de forma segura, asistiendo en actividades de alto volumen o esfuerzo repetitivo. Por ejemplo, un cobot puede encargarse de colocar productos en cajas a gran velocidad, o apilar sacos pesados en un pallet, tareas que de otro modo provocarían fatiga o riesgo de lesiones en trabajadores. Estos robots aumentan la productividad y consistencia en procesos donde la precisión es crucial.

Drones para inventario: Los drones autónomos equipados con cámaras de alta resolución o sensores LiDAR están encontrando uso en almacenes para el control de inventario.
Volando entre los estantes, los drones pueden escanear códigos de barras o etiquetas RFID de los productos ubicados en alturas, realizando auditorías de inventario rápidas y precisas sin interrumpir las operaciones diarias. Esta tecnología agiliza la labor de conteo y verificación de existencias, que tradicionalmente requería detener actividades y usar montacargas o escaleras para que el personal alcance los productos en ubicaciones elevadas. Con drones, un centro de distribución puede hacer recuentos cíclicos más frecuentes, mejorando la visibilidad del stock y reduciendo errores de registro.
Otros sistemas automatizados complementan este ecosistema, como los sistemas automatizados de almacenamiento y recuperación (AS/RS) para el manejo robotizado de racks verticales, o los sistemas de clasificación automatizada (cintas transportadoras y sorters) que distribuyen paquetes según destinos. En conjunto, estos robots y automatizaciones constituyen la base de la intralogística 4.0, orientada a operar almacenes más inteligentes, rápidos y eficientes.
Implementación en almacenes industriales de México
La penetración de la robótica en almacenes mexicanos ha aumentado conforme las empresas buscan modernizar sus operaciones logísticas. Diversos sectores industriales en México ya incorporan estos robots en sus centros de distribución y plantas. De hecho, según líderes del sector, México figura actualmente entre los países más avanzados en automatización: su industria de robótica y automatización ocupa el cuarto lugar a nivel mundial, y se proyecta un crecimiento de hasta 61% interanual impulsado por la ola de nearshoring. Esto significa que a medida que fabricantes globales reubican sus operaciones en México para acercarse al mercado norteamericano, están invirtiendo también en almacenes altamente automatizados y tecnologías robóticas de última generación.
En la práctica, empresas logísticas, manufactureras y de comercio electrónico en México ya están implementando robots en sus almacenes para acelerar procesos. Estos robots desempeñan un papel importante en la automatización de centros de distribución al encargarse de tareas como la preparación de pedidos, el embalaje, el paletizado y el transporte interno de mercancías. Se utilizan en sectores diversos, destacando comercio electrónico, automotriz, farmacéutico, manufactura de maquinaria/metalmecánica, alimentos y bebidas, y empaque. Por ejemplo, en almacenes de retailers en línea, es común ver flotas de AMR trasladando contenedores de productos hacia estaciones de empaque, o brazos robóticos clasificando artículos para envíos.

En plantas automotrices, muchos fabricantes emplean AGV para abastecer líneas de producción con piezas desde el almacén justo a tiempo. Incluso en el sector 3PL (operadores logísticos), se han implementado soluciones robóticas para optimizar la gestión de inventarios de múltiples clientes.
Un indicador del avance en México es la prioridad que las compañías locales otorgan a la automatización. El 97% de las empresas encuestadas en un estudio reciente considera la automatización logística como una prioridad estratégica. Esta mentalidad proactiva refleja que los directivos reconocen la necesidad de combinar fuerzas humanas y robóticas para satisfacer la creciente demanda de rapidez y precisión en las entregas. También organizaciones como el Clúster de Robótica de México están impulsando la formación de talento especializado para que la mano de obra nacional pueda implementar y dar soporte a estas tecnologías de punta.
No obstante, la adopción de robots en almacenes mexicanos no es uniforme. Los sectores automotriz y electrónico –que incluyen grandes plantas de manufactura y sus cadenas de suministro– lideran en la incorporación de robots y sistemas autónomos, seguidos por industrias de dispositivos médicos/farmacéutica, alimentos y bebidas, y empaques. En contraste, otros sectores como la agricultura y ciertas pymes manufacturas van más rezagados en robotización, ya sea por limitaciones presupuestales o menor presión competitiva para automatizar. Con todo, la tendencia general es al alza: cada vez más centros de distribución en México están migrando de procesos 100% manuales a esquemas semiautomatizados o incluso altamente robotizados, en los que las personas y las máquinas comparten las operaciones intralogísticas de forma armónica.
Beneficios clave de los robots en almacenes
Implementar robótica y automatización en almacenes industriales conlleva múltiples beneficios operativos y estratégicos. Entre las ventajas más destacadas se encuentran:
Eficiencia operativa y productividad: Los robots pueden trabajar 24/7 sin fatiga, lo que acelera los ciclos operativos. Actividades como mover productos, preparar pedidos o inspeccionar inventarios se realizan en menos tiempo que con métodos manuales. Por ejemplo, un almacén altamente automatizado puede recoger y empaquetar pedidos hasta cinco veces más rápido que uno tradicional basado en trabajo humano. Esta mejora en velocidad se traduce en mayores volúmenes procesados por día y en tiempos de respuesta más cortos hacia los clientes. Además, la automatización optimiza el uso del espacio disponible: sistemas como los AS/RS aprovechan la altura del almacén para almacenar más producto en la misma huella, y robots compactos pueden operar en pasillos más estrechos que los montacargas convencionales. Así, se incrementa la capacidad de almacenamiento sin necesidad de expandir físicamente las instalaciones.
Reducción de errores: La precisión de los sistemas robóticos disminuye considerablemente los errores humanos comunes en la gestión de almacenes. Tareas repetitivas como el picking y el embalaje, cuando son realizadas por robots guiados por software, garantizan que el producto correcto sea seleccionado y empacado con las cantidades y configuraciones adecuadas. Esto reduce equivocaciones en pedidos enviados al cliente y disminuye costos por devoluciones o reprocesos. De igual forma, tecnologías como la visión artificial y el escaneo automático aseguran un registro de inventario más exacto, evitando discrepancias entre las existencias físicas y las registradas en el sistema. En suma, la automatización eleva la calidad y consistencia de las operaciones, aumentando la precisión en toda la cadena logística.
Seguridad laboral mejorada: Delegar en robots las tareas peligrosas o físicamente exigentes conlleva un entorno de trabajo más seguro. Los trabajadores humanos dejan de exponerse a riesgos asociados a levantar cargas pesadas, manejar equipos industriales o moverse constantemente entre montacargas y estanterías. Por ejemplo, los robots móviles pueden encargarse de transportar pallets y mercancías pesadas, reduciendo la necesidad de que un operario lo haga manualmente o con montacargas. Igualmente, los brazos robóticos se ocupan de procesos como paletizar productos voluminosos, evitando que empleados realicen movimientos repetitivos de alto impacto físico. Como resultado, disminuyen los accidentes y lesiones laborales en el almacén. La robótica también incorpora sensores de seguridad (láser, cámaras) que detectan la presencia de personas u obstáculos, frenando automáticamente ante posibles colisiones. En un almacén colaborativo, humanos y robots pueden convivir con menor riesgo gracias a estas medidas, fortaleciendo la cultura de seguridad ocupacional.
Optimización del espacio y escalabilidad: Un beneficio a menudo subestimado de la automatización es la mejor utilización del espacio físico. Sistemas robotizados de almacenamiento permiten diseños de almacén más compactos y modulares. Por ejemplo, los almacenes automatizados tipo shuttle o con transelevadores verticales pueden duplicar o triplicar la cantidad de productos almacenados en comparación con estanterías tradicionales accesibles solo con montacargas. Además, al introducir robots móviles, es posible operar en pasillos más estrechos y con layouts dinámicos que se ajustan según la necesidad, ya que estos robots no requieren amplios radios de giro como los vehículos conducidos por personas. Todo esto conlleva una alta densidad de almacenamiento y, por ende, una optimización de costos inmobiliarios. Por otro lado, la automatización brinda escalabilidad: es más fácil aumentar la capacidad de procesamiento añadiendo más robots o extendiendo sistemas automáticos que construyendo almacenes nuevos. Empresas en crecimiento pueden absorber picos de demanda (temporadas altas, ventas en línea) sin tener que expandir inmediatamente su infraestructura física, ya que los robots adicionales pueden integrarse al sistema para manejar el incremento de volumen. En síntesis, los almacenes robotizados aprovechan al máximo cada metro cuadrado y pueden crecer de forma ágil, acompañando la expansión del negocio.
Cabe mencionar que a estos beneficios se suman otros, como el ahorro de costos a largo plazo (por reducción de mano de obra en ciertas tareas y mayor eficiencia energética en operaciones optimizadas) y la posibilidad de una mejor trazabilidad de la mercancía (gracias a sistemas digitales integrados que monitorean cada movimiento). Diversos estudios muestran que las compañías que implementan robótica en sus almacenes logran retornos de inversión notables en uno o dos años, junto con mejoras significativas en niveles de servicio al cliente y satisfacción de sus empleados, quienes pueden enfocarse en tareas de mayor valor agregado en lugar de las labores más rutinarias o pesadas.
Desafíos y limitaciones en la adopción de robots logísticos
A pesar de sus claras ventajas, la incorporación de robots en almacenes presenta desafíos y limitaciones que las empresas deben considerar y planificar. Entre los retos más comunes en México (y a nivel global) se encuentran:
Infraestructura y condiciones operativas: Para desplegar robótica se requiere cierta infraestructura física y tecnológica. Algunos almacenes antiguos pueden necesitar adecuaciones en pisos (superficies niveladas para el correcto desplazamiento de AGVs/AMRs), mejora de las redes de comunicación (WiFi industrial o incluso redes 5G/IoT para conectar múltiples robots) y sistemas eléctricos confiables, entre otros. México enfrenta aún brechas en infraestructura en algunas regiones –por ejemplo, conectividad limitada o parques industriales tradicionales no diseñados para automatización– lo cual puede frenar proyectos. Además, la integración de robots debe armonizar con los sistemas existentes de la empresa (WMS/ERP); muchas veces se requieren soluciones personalizadas para que los robots intercambien datos en tiempo real con la plataforma de inventarios y órdenes. La interoperabilidad tecnológica no siempre es inmediata y puede implicar costos y tiempos adicionales de implementación.
Inversión inicial elevada: El costo de entrada para automatizar un almacén es uno de los principales obstáculos, especialmente para pequeñas y medianas empresas. La adquisición de robots móviles, brazos mecánicos, sistemas de control y demás componentes supone una inversión significativa de capital, que no todas las empresas pueden afrontar de golpe. Por ejemplo, dotar un almacén con una flota de AMRs o con transelevadores automatizados puede requerir millones de pesos, con un ROI que se materializa a mediano plazo. Aunque los precios de la robótica tienden a bajar conforme la tecnología madura, y existen opciones como el arrendamiento de equipos, el factor económico sigue siendo una barrera en México. A esto se suma la necesidad de justificar internamente el proyecto: se debe hacer un análisis riguroso de retorno de inversión para convencer a la dirección de embarcarse en la automatización. Adicionalmente, durante el despliegue inicial, es posible que haya que operar en paralelo (manual+automático) mientras se estabiliza el sistema, lo que momentáneamente puede implicar costos operativos dobles. En resumen, el alto costo inicial y la incertidumbre sobre el payback pueden desalentar la adopción, en particular en entornos de márgenes ajustados.
Capacitación de personal y gestión del cambio: Introducir robots en un almacén no es solo un proyecto tecnológico, sino también un cambio organizacional. Es fundamental capacitar a los empleados para trabajar eficazmente con las nuevas tecnologías, desde operadores de almacén que ahora colaborarán con cobots o supervisarán flotas de AMR, hasta técnicos de mantenimiento que deberán conocer la mecánica y software de los equipos. La falta de habilidades técnicas en la fuerza laboral puede ser un problema; de hecho, expertos señalan que una escasez de personal calificado en robótica podría frenar el crecimiento del mercado. México está haciendo esfuerzos en este terreno, pero las empresas a corto plazo suelen tener que invertir en entrenamiento intensivo, a veces apoyándose en los proveedores de la tecnología. Junto con la capacitación viene el reto del miedo o resistencia al cambio por parte de algunos empleados, que pueden percibir la automatización como una amenaza a sus puestos de trabajo. Gestionar adecuadamente este aspecto –comunicando que los robots vienen a apoyar y no necesariamente a reemplazar, y reubicando a la gente en labores de mayor valor– es clave para una adopción fluida. Una transición exitosa requiere cultura organizacional abierta, programas de reentrenamiento y posiblemente reestructuración de roles.
Limitaciones técnicas y de integración: Cada almacén tiene particularidades en sus procesos y layout, por lo que implementar robots a veces conlleva resolver desafíos técnicos específicos. Por ejemplo, garantizar que un AMR pueda alcanzar todos los rincones de un almacén abarrotado o con múltiples niveles, calibrar un brazo robótico para que manipule productos de formas/fragilidad muy variables, o asegurar que los drones de inventario puedan volar sin interferencias en almacenes con señal débil o con corrientes de aire, son problemas reales que deben superarse. Asimismo, durante la etapa inicial puede haber una curva de aprendizaje donde la productividad baja temporalmente mientras se afinan los nuevos sistemas. Otro aspecto es la confiabilidad y mantenimiento: los robots requieren mantenimiento preventivo y correctivo especializado. Las empresas deben preparar planes de soporte técnico (ya sea interno o contratando servicios) para minimizar tiempos muertos si un robot clave falla. En México, la disponibilidad de refacciones y soporte local para ciertas marcas de robots puede ser limitada, lo que implica tiempos de espera mayores si no se tiene una estrategia preventiva. Todos estos factores técnicos deben planearse cuidadosamente en el proyecto de automatización para mitigar riesgos.
A pesar de estos desafíos, las tendencias indican que las barreras se van reduciendo paulatinamente. Los costos de la tecnología tienden a disminuir y ya existen casos de pymes mexicanas que, con apoyos o economías de escala, implementan robots básicos en sus almacenes. De igual forma, la oferta de proveedores locales y consultores especializados en automatización logística ha crecido, facilitando la integración en contextos nacionales. Muchas empresas optan por esquemas graduales: automatizar primero ciertos procesos críticos o áreas del almacén, obtener resultados, y luego expandir la robotización. Este enfoque escalonado permite manejar el cambio de forma más controlada, tanto financieramente como en adaptación del personal. En conclusión, la clave está en la planificación: entender bien las necesidades y limitaciones propias, justificar la inversión con datos, preparar al equipo humano y acompañarse de expertos, para así sortear los obstáculos y cosechar los beneficios de la automatización.
Perspectivas futuras de la automatización logística en México hacia 2025
Mirando hacia el futuro cercano, las perspectivas de automatización logística en México en 2025 son sumamente prometedoras. Diversos indicadores sugieren que estamos en la cúspide de una aceleración en la adopción de robots en almacenes, impulsada por factores económicos y tecnológicos tanto globales como locales.
Un motor importante es el fenómeno del nearshoring. México vive una de sus mayores oportunidades económicas recientes al atraer inversión extranjera directa en manufactura y logística, gracias a su cercanía con Estados Unidos y la reconfiguración de cadenas de suministro globales. Muchas empresas multinacionales están instalando nuevas plantas de producción y centros de distribución en territorio mexicano para acortar sus cadenas logísticas. Esto trae consigo instalaciones modernas que, desde su diseño, incorporan altos niveles de automatización para maximizar la eficiencia y reducir costos operativos. Se espera, por tanto, un crecimiento marcado en la base instalada de robots industriales y logísticos en el país. De hecho, según el presidente del Clúster de Robótica, el impulso del nearshoring podría traducirse en un crecimiento de doble dígito alto para el mercado de robótica en México (hasta 61% interanual) en los próximos años. México tiene la oportunidad de consolidarse como un hub manufacturero y logístico avanzado, pero para ello deberá continuar invirtiendo en infraestructura (parques industriales de vanguardia, redes de comunicación) y en desarrollo de talento especializado en robótica.
Otra fuerza clave es el auge del comercio electrónico y la expectativa de entregas ultrarrápidas. México lidera el crecimiento del e-commerce en América Latina, con un aumento de 24.6% en ventas en línea solo en 2023 y decenas de millones de nuevos compradores digitales. Para 2025, el volumen de pedidos en línea seguirá escalando, lo que obliga a optimizar los centros de cumplimiento. Los consumidores mexicanos exigen entregas más rápidas y precisas, y las empresas compiten por su lealtad ofreciendo envíos en 24-48 horas en las principales ciudades. Lograr esto sin robots sería muy difícil: por eso veremos más almacenes automatizados tipo “fulfillment center” dedicados al e-commerce, donde confluyen sistemas de almacenamiento robotizado (p. ej. soluciones tipo shuttle o AutoStore), robots móviles que acercan productos a los empaquetadores, y software inteligente que orquesta todo el proceso. La tendencia apunta incluso a la aparición de “dark warehouses” o almacenes casi totalmente automatizados para e-commerce de alto volumen, operando 24/7 con mínima intervención humana. Si bien en 2025 la mayoría de almacenes aún tendrán personal trabajando junto a robots, la proporción de tareas automatizadas habrá crecido sustancialmente en respuesta a las exigencias del comercio electrónico.
En términos de cifras de adopción, los analistas proyectan un crecimiento sostenido de la robótica logística en la región. Se estima que en América Latina el mercado de robótica de almacenes crece a tasas compuestas de alrededor del 11% anual durante 2020-2025, impulsado precisamente por la necesidad de eficientar la gestión de inventarios y reducir costos logísticos. Para 2027, más del 75% de las empresas latinoamericanas podrían haber adoptado algún tipo de automatización física en sus operaciones de almacén (ya sea robots móviles, sorters, cobots, etc.), especialmente ante la escasez de mano de obra calificada y los avances en inteligencia artificial que facilitan estas implementaciones. En México, con su combinación de manufactura y retail en crecimiento, es razonable esperar una penetración similar o superior en los grandes operadores logísticos. No solo las empresas gigantes automatizarán; la disponibilidad de soluciones modulares y escalables hará que también medianas empresas den el salto, apoyándose en integradores locales.
Las tecnologías emergentes continuarán complementando la robotización de almacenes. La Inteligencia Artificial y el machine learning estarán más integrados, permitiendo que los robots y sistemas de gestión aprendan patrones para optimizar continuamente las rutas de picking, la colocación de productos y la administración de inventarios. También el uso de gemelos digitales de almacenes se volverá común: simulaciones virtuales que ayudan a predecir cuellos de botella o evaluar cambios en el layout antes de implementarlos físicamente. La tecnología blockchain podría garantizar mayor trazabilidad en toda la cadena de suministro, dando confianza sobre la procedencia y manejo de los productos. En cuanto a la robótica misma, veremos robots más colaborativos y versátiles. El concepto de cobot (robot colaborativo) se expandirá: nuevos brazos robóticos fáciles de programar ayudarán en tareas flexibles y de baja escala, mientras los trabajadores se concentran en la supervisión, solución de excepciones y tareas creativas.
Además, se espera que surjan más proveedores locales de soluciones robóticas y startups mexicanas innovando en automatización. Por ejemplo, drones de inventario desarrollados específicamente para bodegas latinoamericanas, o software de control de flotas de AMR adaptado a las condiciones de nuestros almacenes. El ecosistema se robustecerá con universidades e incubadoras enfocadas en robótica aplicada, alimentando el talento y las invenciones domésticas.
En síntesis, el panorama para 2025 señala un México donde la automatización logística deja de ser un lujo futurista para convertirse en un factor común de competitividad. El nearshoring y el e-commerce actúan como catalizadores que obligan a adoptar nuevas tecnologías para manejar mayores volúmenes con mayor rapidez. Los sectores pioneros –automotriz, electrónico, retail, farmacéutico– marcarán la pauta demostrando casos de éxito, y ello animará a otras industrias a seguir su ejemplo. México podría posicionarse como líder regional en logística 4.0 si logra integrar eficazmente estas herramientas, apoyado por políticas adecuadas e inversión continua. Por supuesto, los seres humanos seguirán siendo parte esencial de las operaciones, pero en roles cada vez más calificados y respaldados por sistemas inteligentes. En última instancia, la colaboración hombre-máquina será la fórmula para que las cadenas de suministro mexicanas alcancen estándares mundiales de eficiencia, seguridad y flexibilidad.
La adopción de robots en almacenes mexicanos ya es una realidad creciente y en 2025 será un elemento diferenciador claro entre las empresas logísticas más competitivas. Los tipos de robots –desde AMR y AGV hasta brazos y drones– están transformando la intralogística, aportando agilidad y precisión. Aunque existen desafíos en infraestructura, inversión y talento, las ventajas en productividad, reducción de errores, seguridad y optimización del espacio están impulsando a las empresas a superar esas barreras. Con las tendencias globales favoreciendo a México (nearshoring) y la demanda interna de comercio electrónico en auge, la automatización logística se perfila como un área de innovación estratégica clave. Aquellas empresas que abracen la robótica y la integración tecnológica en sus almacenes no solo verán mejoras operativas inmediatas, sino que también estarán mejor preparadas para el futuro de la logística, donde la rapidez, la confiabilidad y la eficiencia determinarán el éxito en la cadena de suministro.
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